¡Madrugón!
Es sábado, me despierto, miro la hora y son las 6.30h de la mañana. Todo está en silencio, miro a mi alrededor y estoy sola en la cama, eso significa que en algún momento de la noche mi hija pequeña se ha despertado y su padre ha ido a atenderla y claro, seguramente ya se ha quedado a dormir con ella.
Esto es algo muy habitual en nuestra casa desde que nació nuestra segunda hija. La primera duerme toda la noche desde que tenía 5 meses y la peque tiene 4 años y se sigue despertando en mitad de la noche; bueno, es lo que hay, sabemos que algún día volveremos a dormir sin interrupciones y mientras el día llega, nos turnamos para cubrir su necesidad y también para sobrevivir (más bien para medio-dormir).
Bueno a lo que iba, que son las 7, todo sigue en silencio y tengo ganas de generar recuerdos. ¿Recuerdos? así es como yo veo los textos que escribo, expreso lo que siento hoy y cuando me apetezca puedo releerlo y volver a este momento, igual que una fotografía. Sencillo y esclarecedor. Me levanto y me siento delante del ordenador.
¿Y sobre qué escribo? Pues mira, justo ayer noche pensaba que si el El taller de aiam ya no existe como tal, me refiero a que ya no ofrezco los materiales porque cerré la tienda hace casi un año, ¿por qué mucha gente no se ha ido de mi perfil de instagram? ¿Qué les hace quedarse en mi espacio virtual? Hice una pequeña encuesta y algunas personas me respondieron cosas como que comparten mi manera de ver la vida y de criar a las peques, cómo enfoco la crianza, me dijeron que compartía ideas chulas relacionadas con materiales, libros, juegos infantiles, y también contenido interesante e incluso que les gustaba leerme porque les hacía ver que existían perspectivas diferentes, maneras distintas de entender las cosas.
“Madre mía que interesante” pensé yo y mi mente súper analítica que necesita ahondar en las profundidades y entender el porqué de todo, ha pensado que debía sentarse para conversar con mi corazón y revisar juntos las respuestas. Y aquí estoy, escuchando lo que se cuentan y escribiendo algunas reflexiones.
Dicen que cuando te muestras tal cuál eres algunas personas se sienten atraídas y creo que es porque cuando expresas algo, no les hablas a ellas directamente sino a ti misma y una vez te conoces bien, te cuidas y te tratas con cariño, te hablas cómo le hablarías a una amiga y lo haces con autenticidad y amor. Cuando comparto algo no es generar contenido porqué sí, no tengo ninguna necesidad, y menos ahora que no vendo nada, lo hago porque me apetece. Puede ser una frase que me ha llamado la atención porque me hace replantearme cosas, un nuevo producto que he probado y me ha funcionado, un libro que da consejos que a mi me ayudan en algún tema en concreto, un consejo que me hubiera gustado que me dieran en un momento determinado, un podcast que me gustaría que me recomendaran si no lo conociera,… básicamente es expresarme yo sin importar lo que pienses tú (no me malinterpretes, no es que no me importe tu opinión sino que no comparto pensando en ella, no sé si se entiende la diferencia, espero que sí).
Volviendo a las respuestas que me han dado algunas personas veo que se podrían agrupar en 2 conceptos, por un lado resuenan con mi manera de entender la vida y por otro les parece interesante el contenido familiar/infantil que comparto.
Si sigues por aquí es porque te gusta escucharme hablar de crianza
y también de la vida que hay tras ella.