¡Hola!
Si me sigues en instagram @eltallerdeaiam ya habrás leído que últimamente me apetece mucho escribir, no sé, he empezado el año enganchada a una libreta que intento tener siempre a mano. Me permite desahogarme, escribir ideas, pensamientos, reflexiones,... un poco de todo!
El tema es que el otro día estaba yo con la libreta en la mano y de repente, todo en casa estaba en calma y al levantar la vista, vi a mis hijas jugando y me quedé mirando la escena. Verlas jugar, siempre me ha resultado terapéutico porque a mí, que me cuesta dejar la cabeza libre de pensamientos, hay algo que me desconecta de todo AUTOMÁTICAMENTE y es precisamente observarlas mientras juegan!
Sabes ese momento en el que juega de manera autónoma sin saber qué estás mirando?, cuando está tan sumido/a en la actividad que ni se da cuenta que estás ahí?. Le hablas (aunque no deberíamos interrumpir) y no te escucha porque (no puede) su cabeza, su alma, no está ahí para ti, está tan conectado/a con su juego que parece que esté en trance.
Ese es el momento que me atrapa y la verdad es que podría pasarme horas mirándolas sin hacer nada más (es como mi momento de mindfulness jeje). Creo que lo valoro tanto porque considero el juego cómo algo extramadamente importante y tiene una puntuación muy alta en mi escala de valores porque para mí, JUGAR es SER. Cuando jugamos en libertad estamos siendo reales en todos los sentidos, y estamos SIENDO con nuestras creencias, nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestras virtudes, nuestras vivencias,… es cuando la personalidad real sale al exterior, de dentro hacia fuera. Es un momento de autenticidad total como adivino que diría la gran Yessica Clemente de @rejuega.
Un niño o una niña que juega en libertad, se muestra al mundo tal cual es.
Creo que vivir esos momentos es una gran oportunidad porque nos proporcionan información súper valiosa de su personalidad, del momento evolutivo en el que se encuentran, de cómo les ha afectado algún suceso, de cómo se comportan ante tal o cuál situación, cómo solucionan problemas, cómo negocian,… es oro puro! Me parece una escena tan importante que es motivo de parar, de dejar radicalmente lo que estés haciendo y simplemente OBSERVAR. Y sí, lo sé, seguro que tienes un millón de cosas que hacer y te faltan horas al día y lo entiendo, de verdad, también soy madre y aún así, estoy segura que podrás recuperar ese tiempo de tareas pendientes en algún otro momento, pero no podrás volver a ver lo que está ocurriendo justo en ese preciso instante de juego así que si puedes, de verdad, presta atención a la escena.
Observa como tu hijo o hija está jugando y hazlo con plena atención. Y ahora el gran misterio, ¿qué es OBSERVAR? ¿qué hay que ver? Para mí observar es ESTAR AHÍ en ese momento y cuando lo hago, no hago nada más, no pienso en otra cosa! Lo describiría como esconderme en una esquina sin ser vista, sin hablar, sin molestar, sin intervenir,… como una espía que mira por la mirilla sin hacer ruido, sin interferir lo más mínimo. Y ahí, desde mi pequeño escondite, en el silencio más absoluto, me siento y miro atentamente lo que sea que mis hijas estén haciendo. Me fijo en sus gestos y en lo que éstos transmiten, está contenta, enfadada? Escucho sus conversaciones si es que las tiene (capítulo a parte se merecería el analizar todo lo que dicen en voz alta cuando están jugando) esas conversaciones con él/ella misma o con sus muñecos o con esas personas imaginarias con las que hablan mientras juegan para identificar si habla desde el cariño, desde el rencor,... Yo estaría muy atenta para escuchar ¿de qué está hablando? ¿puede que le haya pasado algo en el cole y ahora recree la escena? ¿Cuántas veces has escuchado cómo tu hija/o repetía alguna situación que ya había vivido o le hablaba a sus muñecas cómo si fuera su maestro/a del cole?
¡CUÁNTA INFORMACIÓN!
Sí, lo es! Puede que descubras un montón de cosas que no sabías acerca de tu hijo o hija. Y a parte de a nivel emocional, observar su juego también nos facilita información sobre el nivel evolutivo en el que se encuentra. Por ejemplo, mientras juega ¿está contando? ¿Hasta que número llega? ¿Ya ha interiorizado el concepto de conteo? ¿Nombra un montón de animales? O imagina que ha cogido un papel y hace que escribe, ¿puede que ya se interese por las letras?
Toda esta información que obtenemos cuando prestamos atención, es realmente útil a la hora de ofrecerle propuestas, juegos, juguetes, materiales. Si tienes que comprar y no sabes el qué, haber observado su juego te ayudará a saber que le gusta, que necesita,… Mira que bien te vendría haber visto que cuando está jugando, coge un objeto cualquiera y hace ver que es un coche y lo tira por una rampa que se ha creado con una libreta.
*Y aquí, quiero hacer un inciso: a mi personalmente este tipo de juego que podríamos llamar heurístico o no estructurado es el que me parece más espectacular debido precisamente a su naturalidad y lo considero magnífico en cuanto a dejar que fomenten su creatividad entre otros muchos beneficios. Así que apunto de antemano que no digo, ni diré nunca, que ese momento necesite de ningún otro soporte para ser complementado, simplemente digo que, si llega un cumpleaños, navidad o alguien de la familia quiere comprarle un regalo a tu peque porque le apetece, haber observado su juego te ayudará a tomar la decisión que sea más adecuada para su nivel de desarrollo y que satisfaga sus necesidades.
Siguiendo el ejemplo anterior, en el que cogía un objeto para hacer de coche y lo tiraba por un rampa que se había creado, puedes deducir que un parking con un par de rampas y 2 o 3 coches, serán una buena opción como regalo. Mi hija mayor siempre está dibujando, pintando, escribiendo, así que para navidad, mi hermana siempre le compra un surtido de materiales creativos como rotuladores, ceras, cartulinas de diferentes colores, pegamento, acuarelas,… es un regalo que nunca falla con ella!
Mi hija pequeña en cambio disfruta manipulando, haciendo trasvases, jugando a cocinitas, llenando y vaciando botes,… pues uno de los regalos de navidad fueron paquetes de maíz para la mesa de experimentación (que complementa mucho con la cocinita) y también unos palitos pequeños de madera que guarda en una antigua botella sensorial y usa para “condimentar” sus platos culinarios. Otra cosa que le encanta es hacer puzzles, pues ok, ya tenemos otra idea!
Ves a lo que me refiero? Haber observado su juego, hace que no nos equivoquemos a la hora de ofrecer las propuestas porque hemos visto lo que le gusta de verdad, qué es lo que realmente le entretiene, con qué disfruta jugando. Sabemos qué es lo que podemos ofrecerle para ayudarle a seguir desarrollando sus habilidades siguiendo su propia motivación, y nos aseguraremos que los regalos no queden abandonados en una esquina de la casa.
Así que ya sabes, si todavía no lo haces, te invito a OBSERVAR el juego de tu peque, ya verás todo lo que descubres!. Y como madre te diré que para mi, esos momentos, son una de las experiencias que más me aporta a nivel personal, cuando no soy parte de ese juego y sólo miro, lo disfruto muchísimo en todos los sentidos! Es como te decía antes mi momento de mindfulness, desconecto de todo y me centro sólo en lo que tengo delante.
Si has llegado hasta aquí, mil gracias de corazón por leerme, espero que mi experiencia pueda serte útil y sobretodo, siéntete libre de darme tu opinión aquí en los comentarios, enviándome un email o escribiéndome en instagram, me encantaría leerte.
Un abrazo grande,
Vanessa
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